Con el inicio de la temporada de calor, la apertura de las piscinas en condominios marca la llegada del verano. Las áreas comunes aumentan su afluencia y las administraciones tienen normas específicas para el uso de estas zonas. Estas normas sirven para una mejor convivencia, pero también garantizan seguridad para todos los vecinos. ¡Aquí te contamos los puntos clave que suelen repetirse!
- Aforo y límites de invitados
Durante la semana cada hogar puede invitar hasta dos personas, pero los sábados, domingos y festivos, la piscina será exclusivamente para los residentes permanentes. “Sabemos que a los residentes les gustaría invitar a más personas los fines de semana, pero las administraciones de los condominios deben priorizar la comodidad y el espacio de quienes viven allí permanentemente». Comenta Rafael Escobar, CEO de Kastor, plataforma especializada en gestión de edificios y condominios.
- Niños siempre acompañados y sin juegos ni piqueros.
Los menores de 10 años solo pueden ingresar a la piscina si es con la compañía de un adulto. Normalmente se prohíben juegos bruscos y flotadores grandes. Además, ¡nada de bombitas de agua, piqueros o piruetas osadas! Ya que esto podría molestar o dañar a otros usuarios.
- Prohibido comer o beber en la zona de piscina.
Para mantener la higiene del agua, se suele prohibir el consumo de alimentos, bebidas o masticar chicle. También en algunos lugares más estrictos se prohíbe escupir o sonarse la nariz en la piscina. Si bien los snacks o bebidas pueden sonar tentadores, es recomendable disfrutarlos lejos de la zona de baño para evitar problemas.
- Mascotas, alcohol y sustancias prohibidas fuera de la piscina
No se permiten mascotas en el área de baño, a excepción de perros guías o animales de apoyo emocional certificados. Tampoco se permite ingerir bebidas alcohólicas o sustancias prohibidas, esto según las disposiciones de seguridad del Ministerio de Salud.
- Multas por incumplimientos de normas
Los residentes que no cumplan con las normas se exponen a sanciones económicas. Las multas normalmente se cargan a los gastos comunes y pueden llegar hasta las 3 UTM (200.000 pesos chilenos aprox.). Si el agua de la piscina se contamina de forma voluntaria o accidental, el costo de vaciado y reposición del agua será responsabilidad del infractor.